Si eres amante del dulce y buscas una receta sencilla y deliciosa, esta tarta de queso fría sin horno es perfecta para ti. Con pocos ingredientes y sin necesidad de encender el horno, lograrás un postre cremoso y refrescante, ideal para cualquier ocasión. Además, su preparación es tan fácil que cualquiera puede hacerla en casa.
Ingredientes
Para la base:
- 200 g de galletas tipo María o Digestive
- 100 g de mantequilla derretida
Para el relleno:
- 500 g de queso crema
- 200 ml de nata para montar (crema para batir)
- 150 g de azúcar
- 1 sobre de gelatina sin sabor (7 g) o 6 hojas de gelatina
- 50 ml de leche caliente
- 1 cucharadita de esencia de vainilla
- Zumo de medio limón
Para la cobertura (opcional):
- 200 g de mermelada de fresa, frambuesa o arándanos
- 50 ml de agua
- 2 hojas de gelatina
Preparación
Paso 1: Preparar la base
- Tritura las galletas hasta obtener un polvo fino. Puedes hacerlo con una licuadora, procesador de alimentos o metiendo las galletas en una bolsa y aplastándolas con un rodillo.
- Mezcla las galletas trituradas con la mantequilla derretida hasta obtener una pasta homogénea.
- Forra el fondo de un molde desmontable (de 20 a 22 cm de diámetro) con esta mezcla, presionando bien con una cuchara o con la base de un vaso.
- Refrigera la base en la nevera mientras preparas el relleno.
Paso 2: Preparar el relleno
- Hidrata la gelatina en agua fría (si usas hojas, sumérgelas en agua durante 5-10 minutos). Si usas gelatina en polvo, disuélvela directamente en la leche caliente y remueve bien.
- En un bol grande, bate el queso crema con el azúcar hasta que la mezcla esté suave y cremosa.
- Agrega la nata para montar y bate hasta que la mezcla tome algo de consistencia.
- Incorpora la esencia de vainilla y el zumo de limón. Mezcla bien.
- Añade la gelatina disuelta y mezcla hasta que todo quede bien integrado.
- Vierte la mezcla sobre la base de galleta y alisa la superficie con una espátula.
- Refrigera la tarta durante al menos 4 horas, preferiblemente toda la noche, para que cuaje correctamente.
Paso 3: Preparar la cobertura (opcional)
- Hidrata las hojas de gelatina en agua fría durante 5-10 minutos.
- Calienta la mermelada con el agua en un cazo a fuego bajo. Remueve bien hasta que la mezcla esté líquida.
- Agrega la gelatina escurrida y mezcla hasta que se disuelva completamente.
- Deja enfriar un poco y vierte con cuidado sobre la tarta ya cuajada.
- Refrigera durante al menos 1 hora más para que la cobertura endurezca.
Consejos y trucos para una tarta perfecta
- Usa un molde desmontable: Facilita desmoldar la tarta sin dañarla.
- Enfría bien la tarta: El tiempo de refrigeración es clave para que tenga una buena textura.
- Sabor extra: Puedes agregar ralladura de limón o naranja al relleno para un toque más fresco.
- Varía la cobertura: En lugar de mermelada, prueba con chocolate derretido o frutas frescas.
¿Cómo conservarla?
Guarda la tarta de queso en la nevera cubierta con film transparente o en un recipiente hermético. Se mantiene bien durante 3-4 días. También puedes congelarla sin la cobertura y descongelarla en la nevera unas horas antes de servir.
Conclusión
Esta tarta de queso fría sin horno es una opción rápida, sencilla y deliciosa para sorprender a tus invitados o darte un capricho dulce sin complicaciones. Su textura cremosa y su sabor equilibrado la convierten en un postre infalible. ¡Anímate a probarla y comparte tu experiencia!